Perdóname por no actualizar como es debido, pero es que he vuelto a ser una gorda desatada a merced de la nueva Texican Whopper, de la pizza de cuatro quesos y de los mágnum de chocolate y frutas del bosque, y claro, los remordimientos no me dejan escribir. Lo curioso es que según el wiifit he adelgazado medio kilo, que algo es algo, pero no me lo creo, me da a mí que se está quedando sin pilas o que es una de sus artimañas para hundirme la moral cuando la semana que viene me diga mi peso real y vea que no sólo no he adelgazado medio kilo sino que he engordado siete. Es que me veo igual de gorda que cuando comencé el blog, ya no me siento sexy ni nada de eso, o igual es la depresión primaveral que tengo, que también afecta. De lo que hoy he comido mejor ni hablo, porque me he puesto cerda, pero cerda, cerda, desde que he abierto los ojos. Con decirte que aún con legañas me he comido un sándwich de nocilla, no te cuento más. Eso sí, tenemos que ponernos de nuevo en serio y continuar como estábamos, que lo estábamos haciendo genial. A mí me viene bien que escribamos a diario y que nos dejen comentarios, porque bajo presión hago mejor las cosas. Mañana mismo compro cereales, zumo y gelatinas, y tiro a la basura las bolsas de doritos, los tarros de nocilla y el codillo alemán que tengo en la nevera. Qué pena de comida, pero qué se le va a hacer, así de dura es la vida de la mujer en el primer mundo.
Besos con sabor a Tex-mex,
Mia
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